El pH es la expresión de la acidez o alcalinidad de una solución, llamándose aguas alcalinas a las que tienen un pH superior a 7´6 y agua ácidas a las que su pH es inferior a 7´2. Su desajuste provoca molestias a los usuarios, restando efectividad a los tratamientos químicos y afectando a la conservación sanitaria y estética del agua.
¿Cómo podremos controlar el pH?. Con un ANALIZADOR del pH que permite visualizarlo de forma instantánea. Como norma general el pH del agua de una piscina debe estar comprendido entre 7´2 y 7´6. A pH superior, el efecto del cloro disminuye progresivamente, aumentando la posibilidad de precipitación de sustancias que enturbian el agua, produciendo incrustaciones en la piscina y sus instalaciones. Cuando el pH es inferior a 7´2 se produce irritación en ojos y mucosas, se facilita la corrosión de las partes metálicas de la instalación y la acción del cloro es menor.
Si el pH del agua es inferior a 7´2 habrá que añadir HIPOCLORITO SÓDICO PROQUILUC en la cantidad de 800 cc. Por cada 50 m3 de agua, para aumentar una décima de unidad el pH.
Si el pH original del agua es superior a 7´6 deberá añadirse ÁCIDO CLORHÍDRICO PROQUILUC en la cantidad de 1.250 cc. Por 50 m3 de agua, para disminuir una décima parte de unidad de pH.
Es fundamental, por tanto, controlar con cierta frecuencia el pH, cuando haya llenado la piscina (incluso cuando se está llenando), siempre que rellena y después de lluvias y tormentas.