Queremos que el agua de nuestra piscina esté limpia y azul, y sobre todo que no sea motivo de problemas de tipo sanitario. Pero sabemos que el agua es algo vivo y que no todas son iguales (de abastecimiento de la ciudad, de pozo, de manantial, de río, etc.) cualquiera puede emplearse en la piscina siempre que sea inodora e incolora, que no contenga sustancias peligrosas y que bacteriológicamente sea potable.
De este modo, la legislación se centra en la transparencia, pH, contenido de cloro y otros elementos. Sabemos por tanto que un agua estancada, por si sola, no puede mantenerse en las condiciones óptimas, justificando que sea necesario regenerar el agua en circuito cerrado, para poder reutilizarla sin necesidad de vaciados y llenados continuos.
En resumen, para mantener el agua de la piscina en perfectas condiciones en su doble aspecto sanitario y estético son necesarios dos sistemas:
El químico (desinfección, aplicación de cloro, algicidas, floculantes, modificadores del pH)
El físico (filtración, skimmers, barrefondos)
